¿Ha oído usted expresiones sobre la risa como “es el alimento del alma”, “es la sal de la vida”,”remedio infalible”, “la risa es salud”, “la risa es liberación” u otras? Pues todo esto es verdad.
Pensar que la risa se asocia con frivolidad, inmadurez o irrespeto está mandado a recoger. Sonría y ría mas a menudo, y cuanto más, mejor. Para citar algunos defensores de la risa muy renombrados en la historia, señalemos a Aristófanes, Aristóteles, F. Nietzsche, S. Freud, Norman Cousin, Herbert Spencer, y algunos más recientes, William Fry, Kundera, Norbert Elías, entre otros. A ellos se suman investigadores como el equipo científico de la universidad de Stanford, sociólogos y antropólogos de todas partes del mundo.
El sólo gesto de la sonrisa genera, por el movimiento muscular, un estímulo eléctrico sobre los filetes nerviosos que inervan los músculos que intervienen en la sonrisa, y los nervios sensitivos (que son los que los devuelven hacia el cerebro) llevan este impulso hasta el centro del sistema límbico, donde son bien recibidos por la glándula pituitaria o hipófisis (única de todas nuestras glándulas que es química y eléctrica).
Cuando la pituitaria recibe el impulso o estímulo generado por nuestra sonrisa reacciona liberando unas hormonas llamadas "endorfinas" (neuropéptidos de actividad opiácea), las que, además de ser el analgésico natural de nuestro cuerpo, al ser liberadas producen una sensación de bienestar generalizado, contribuyendo a mejorar los estados de ansiedad y depresión. Normaliza la presión arterial, mejora el flujo sanguíneo, mejora la acción pulmonar y la oxigenación sanguínea y, por acción estimulante sobre el Timo, mejora el sistema inmunológico, es decir las defensas del organismo.
Como si fuera poco, los efectos psicológicos son de verdadero exorcismo de demonios, miedos y temores. Reírnos de lo que nos asusta y tememos, hace que lo terrible se convierta en una alegre caricatura inofensiva. La risa franca y fluida es una expresión de autodeterminación y de autoestima. La risa es un recurso de liberación porque con ella superamos los miedos externos e internos. La sonrisa y la risa nos hacen atractivos por que es una invitación permanente a compartir e interactuar. Los amargados son los que terminan solos.
La alegría, buen humor, optimismo, paz, entusiasmo, fe, son además de "estados de ánimo", realidades bioquímicas que generan en nuestro organismo distintas respuestas que ayudan a combatir y hasta a revertir las enfermedades. Además crean un entorno y un clima agradable para compartir en la familia, con los amigos y en el trabajo.
Así que salude, sonría y ría más, que se oiga y contagie a otros. Nunca como ahora son tan válidas expresiones tales como: desbaratarse de la risa, desternillarse de la risa, o morirse, pero de la risa…
Pensar que la risa se asocia con frivolidad, inmadurez o irrespeto está mandado a recoger. Sonría y ría mas a menudo, y cuanto más, mejor. Para citar algunos defensores de la risa muy renombrados en la historia, señalemos a Aristófanes, Aristóteles, F. Nietzsche, S. Freud, Norman Cousin, Herbert Spencer, y algunos más recientes, William Fry, Kundera, Norbert Elías, entre otros. A ellos se suman investigadores como el equipo científico de la universidad de Stanford, sociólogos y antropólogos de todas partes del mundo.
El sólo gesto de la sonrisa genera, por el movimiento muscular, un estímulo eléctrico sobre los filetes nerviosos que inervan los músculos que intervienen en la sonrisa, y los nervios sensitivos (que son los que los devuelven hacia el cerebro) llevan este impulso hasta el centro del sistema límbico, donde son bien recibidos por la glándula pituitaria o hipófisis (única de todas nuestras glándulas que es química y eléctrica).
Cuando la pituitaria recibe el impulso o estímulo generado por nuestra sonrisa reacciona liberando unas hormonas llamadas "endorfinas" (neuropéptidos de actividad opiácea), las que, además de ser el analgésico natural de nuestro cuerpo, al ser liberadas producen una sensación de bienestar generalizado, contribuyendo a mejorar los estados de ansiedad y depresión. Normaliza la presión arterial, mejora el flujo sanguíneo, mejora la acción pulmonar y la oxigenación sanguínea y, por acción estimulante sobre el Timo, mejora el sistema inmunológico, es decir las defensas del organismo.
Como si fuera poco, los efectos psicológicos son de verdadero exorcismo de demonios, miedos y temores. Reírnos de lo que nos asusta y tememos, hace que lo terrible se convierta en una alegre caricatura inofensiva. La risa franca y fluida es una expresión de autodeterminación y de autoestima. La risa es un recurso de liberación porque con ella superamos los miedos externos e internos. La sonrisa y la risa nos hacen atractivos por que es una invitación permanente a compartir e interactuar. Los amargados son los que terminan solos.
La alegría, buen humor, optimismo, paz, entusiasmo, fe, son además de "estados de ánimo", realidades bioquímicas que generan en nuestro organismo distintas respuestas que ayudan a combatir y hasta a revertir las enfermedades. Además crean un entorno y un clima agradable para compartir en la familia, con los amigos y en el trabajo.
Así que salude, sonría y ría más, que se oiga y contagie a otros. Nunca como ahora son tan válidas expresiones tales como: desbaratarse de la risa, desternillarse de la risa, o morirse, pero de la risa…
Visto en: "Notas preventivas Nº 65 Programa de Salud Ocupacional" SENA-Cundinamarca